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Acerca de

Consumo sostenible

Autor: Luis Alejandro Casallas Farfán

Tendencias de consumo vs  Que nos venden

En los últimos años las empresas de la industria textil y de moda, han implementado el concepto de sostenibilidad como un factor importante dentro de su producción, dando prioridad al cuidado del medio ambiente y el aprovechamiento de los recursos que se usan en ella. Sin embargo encontramos que conceptos como la moda rápida o fast fashion, no permiten un consumo responsable por parte de los usuarios y empresas, ya que gracias a la globalización y tecnologías, esta producción se pueda hacer de forma masiva, en cortos lapsos de tiempo y con costos mucho menores, formando una competitividad basada en el diseño y precio, que generan un consumo descontrolado de estos productos por parte de los consumidores (Tamara Folgueira Suárez 2017-2018 Trabajo de grado Facultad de Economía y Empresa Univercidade da Coruña).

 

Si bien para realizar el fast fashion se trata de la rapidez para sacar prendas y accesorios al mercado por temporadas cortas, es necesario también que la información según los gustos del consumidor, novedades y tendencias tenga un tiempo oportuno según la demanda, agilizando la producción para satisfacer las necesidades, por esto las empresas no invierten mucho tiempo diseñando sino inspirándose en diseños ya creados y así poder conseguir los mejores equipos y maquinarias para su producción en masa (Tamara Folgueira Suárez 2017-2018). Gracias a la evolución de tecnologías y medios de comunicación, el internet se volvió un aliado indispensable para estas industrias, ya que son vitales en su ciclo de producción, venta y distribución aprovechando que la información se puede encontrar en un mismo lugar y de igual forma utilizar estos espacios como punto de contacto con los consumidores para realizar ventas y promociones que se pueden desarrollar por medio de e-commerce.

 

Aunque las empresas generen más ganancias empleando este método de producción, cabe recalcar que el fast fashion en su línea de producción tiene efectos negativos sociales, ambientales y laborales, que pueden llevar a la destrucción de una comunidad o ecosistema por la desinformación y el mal uso de los recursos naturales empleados en la creación de textiles, atentando los derechos humanos como la explotación laboral o la baja remuneración económica por su trabajo y el deterioro del medio ambiente por el consumo excesivo de agua, luz, suelos y contaminación por residuos y desechos mal manipulados, afectando directa o indirectamente a los individuos de una sociedad y a la biodiversidad. Por otro lado, la afectación económica de la moda rápida gira en torno a la realización de dichos productos fuera de su país natal para reducir costos, lo cual deja al comercio de “origen” desprotegido e incapaz de competir con precios como en el caso de la industria textil española (Tamara Folgueira Suárez 2017-2018).

 

Por este motivo las empresas con mentalidad de cambio intentando disminuir este impacto negativo, adoptan un nuevo concepto llamado slow fashion o moda lenta, teniendo en cuenta la responsabilidad social y ambiental, que busca concientizar a los consumidores a partir del uso de prendas que durante el proceso de fabricación usen menos recursos naturales para evitar contaminación. Su producción circular aprovecha todos los elementos durante su desarrollo, usando un modelo basado en la ética y el valor de cada uno de los materiales que permite una armonía en la creación, diseño, venta y consumo de estos productos (Pia Rey 30 de diciembre de 2020), por esto la implementación de un desarrollo sostenible busca satisfacer las necesidades del consumidor usando de forma responsable las materias primas, asegurando un equilibrio entre economía, consumo y el cuidado del medio ambiente sin atentar a los derechos humanos.

 

Aunque el concepto de sostenibilidad se ha transformado a partir del tiempo y a evolucionado de forma positiva, es pertinente recalcar que no es cien por ciento equivalente sostenibilidad a desarrollo sostenible, debido a que la sostenibilidad se puede definir como  un conjunto de principios ligados a la adaptación de cambios que se aplican a diversos sistemas y el desarrollo sostenible agrupa objetivos sociales, económicos y ambientales logrando un equilibrio entre ellas para satisfacer las necesidades del consumidor (Luis M. Jiménez Herrero - ICE, Revista de Economía, 2002).

 

Considerando los principios para un desarrollo sostenible existen normas y políticas que permiten el cumplimiento y desempeño óptimo de todas las marcas textiles sostenibles en Colombia para un mejor desarrollo social y ambiental durante el proceso de producción, uso de materias primas y la manipulación de desechos. Estas leyes y decretos permiten un control productivo que no afecte al medio ambiente pero que de igual manera se genere una ganancia económica. En la siguiente tabla se encuentran las principales leyes ambientales del sector textil. (Héctor Andrés Cárdenas Bocanegra 2019-Riesgos ambientales y sociales en el sector textil)

De igual forma como existen leyes y políticas que las marcas sostenibles tienen que seguir también existen incentivos para crear un mayor apoyo al cuidado del medio ambiente como “Exclusión del IVA para la adquisición de sistemas de control y monitoreo ambiental (artículo 424, numeral 7) y para la importación de maquinaria destinada al tratamiento de aguas residuales, emisiones atmosféricas, residuos sólidos, recuperación de ríos o saneamiento básico (artículo 428, literal f), Descuento del 25% del impuesto sobre la renta de las inversiones realizadas en control, conservación y mejoramiento del medio ambiente, excepto las realizadas por mandato de una autoridad ambiental para mitigar el impacto ambiental producido por la obra o actividad objeto de una licencia ambiental (artículo 255)” lo escribe Héctor Andrés Cárdenas Bocanegra entre otros incentivos que apoyan un cambio de mentalidad y consumo.

 

Aunque esta normatividad permite un desarrollo y un control en el sector textil sostenible, también la desinformación y el mal uso de los recursos en la producción de algunas marcas, hacen de un concepto como el desarrollo sostenible un tema de inseguridad hacia el comprador, ya que muchas de estas empresas intentando empatizar con sus consumidores usan discursos alineados al consumo responsable ya que usan materiales ecológicos o general alguna ayuda social, pero adentrándose en el proceso de industrialización su aporte no es muy importante generando un  impacto negativo a largo plazo, esto es conocido como Greenwashing o ecoimpostura. (Ángela Reyes 5 Noviembre, 2021-CNNespañol-Qué es el 'greenwashing' y cómo evitar que te engañen)

 

Para evitar caer en el Greenwashing o ecoimpostura es necesario estar atento de cualquier información imprecisa o que no esté muy clara ya que cualquier producto ecológico o sostenible lleva información al detalle de cada uno de los componentes y procesos que conllevan cada producto, de igual forma como dice Ángela Reyes palabras como natural, menos residuos, o el uso de colores como el verde, no siempre definen a un producto como sostenible o ecológico ya que estos diseños son llamativos para engañar y palabras con una definición tan amplia pueden ser malinterpretadas por los consumidores, por esto siempre es necesario verificar la información ya sea al respaldo de los productos, en sus etiquetas o en su sitio web. 

 

Aunque existen diversas alternativas sostenibles dentro del sector textil las dos más usadas son la economía circular y el uso de las 6 Rs.

En la economía circular se tienen en cuenta siete pasos que aprovechan los recursos naturales al máximo sin atentar al medio ambiente ni a la biodiversidad, esta alternativa sostenible permite que todos los desperdicios sean recuperados para volver al ciclo de industrialización.

Por otro lado las 6 Rs se usan en el ciclo de producción como reglas que se aplican para un consumo sostenible, permitiendo un desarrollo óptimo en la creación de productos, consumo y ahorro de recursos, en la siguiente tabla encontrará una breve descripción de cada una de estas reglas.

Por este motivo las marcas que quieren adoptar estas alternativas de desarrollo sostenible no las consideran parte de sus atributos, sino que son el eje fundamental de la marca informando de forma transparente, produciendo conscientemente y cuidando los tres pilares fundamentales económico, social y ambiental, ajustadas a las políticas y leyes que rigen en el país para así poder generar un vínculo verdadero con cada uno de los consumidores. 

 

En el  caso de empresas Colombianas productoras y distribuidoras de insumos textiles como Fabricator, Natuh y Cannacorp, adoptan estas iniciativas de desarrollo sostenible con el principio de cero desperdicios, reutilizando sobrantes textiles y materias primas como el agua para un ciclo de producción circular,  Fabricator y Natuh se caracterizan por usar Pet reciclado y algodón para la realización de sus textiles sin utilizar colorantes artificiales ni químicos que afecten al medio ambiente, de igual manera con esta producción apoyan a pequeños y grandes negocios del sector textil y a diseñadores de todas las regiones del país, por otro lado Cannacop se caracteriza por usar materiales alternativos como fibras y telas de cáñamo que ellos mismos plantan, cosechan, extraen y tejen.

 

En cuanto a las marcas que se encargan de la manufactura y realización de productos a partir de textiles sostenibles encontramos a Lish Clothing, Dvotio y Juan Pablo Martínez,

que cuentan con una industrialización circular. En el caso de Lish Clothing y Dvotio realizan sus productos a partir de recursos naturales rescatando técnicas de manufactura ancestrales y generando diversidad de empleos apoyando grupos indígenas y campesinos.Por otra parte  Juan Pablo Martínez se caracteriza por ser una marca que usa el diseño de moda con materiales reciclados y reinventa las prendas para mujeres colombianas amantes del Hard Rock/Heavy Metal. Aunque cada una de estas marcas tienen diferentes enfoques en diseño, manufactura y materiales lo que caracteriza estas nuevas iniciativas son la capacidad de generar cambios en el consumo de productos textiles y la adaptabilidad del mercado generando conciencia, una sana competencia y un impacto positivo en el medio ambiente.

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