Acerca de
La sostenibilidad en la producción, comercialización y consumidor.
Autor: Daniela Castro
Producción, comercialización y usabilidad.
Al referirnos a sostenibilidad entendemos que es la satisfacción de necesidades actuales y futuras basadas en 4 principios que son lo económico, social, político y ambiental que es lo que permite afrontar las problemáticas que sufre la humanidad y garantizar que todas las personas tengan las mismas oportunidades y puedan llevar una vida mejor sin comprometer los recurso del planeta, pues de estos factores depende que haya un equilibrio para poder desarrollar alternativas como la economía circular que pretende generar un crecimiento inteligente, sostenible e integrador donde prima la reducción, la reutilización y el reciclaje de los elementos. Cada uno de estos tipos se encarga de un área en específico pero al hablar de sostenibilidad ambiental se ven también implicadas la sostenibilidad económica, política y social que crea un equilibrio, pues al hablar de ropa ecológica no solo podemos verlo desde el sentido ambiental y el aporte que le genera al medio ambiente también resalta un factor social que busca mantener la calidad de vida de la sociedad pensando en el bienestar de las generaciones futuras, un factor económico basado en generar riquezas de manera adecuada y equitativa; y un factor político donde las estructuras democráticas velen por los derechos y el bienestar de los trabajadores ya que son la mano de obra esencial para llevar a cabo la ejecución de los diferentes procesos. Por lo que en esta primera parte nos centraremos en la cadena de comercialización: La producción, comercialización y
la usabilidad.
Para las marcas el proceso de producción de las prendas textiles es lo que genera mayor impacto negativo en el medio ambiente debido a su proceso de confección por lo que centran toda su atención en este aspecto. De acuerdo con el artículo “ Herramientas para una producción sostenible” La producción sostenible está orientada a mejorar productos y/o procesos de producción para reducir el consumo de recursos, el uso de materiales peligrosos y la generación de residuos y contaminantes en el abastecimiento de producto, por tal motivo las industrias textiles hoy en día optan por nuevas alternativas en producción para llevar a cabo la elaboración de prendas ya que en la elaboración de la materia prima (tela) se utilizan gran cantidad de recursos, principalmente el agua y la energía que son a nivel mundial los principales recursos con mayor demanda ya que de la energía es necesaria para extraer el agua como al mismo tiempo el agua es necesaria para generar electricidad en las centrales hidroeléctricas.
Es importante resaltar que las marcas también podrían enfocarse en otras etapas del proceso en el que igualmente se pueden intervenir para reducir el impacto ambiental y permita concientizar e informar al consumidor sobre otras prácticas ecológicas lo que ayuda a generar un valor agregado a su cadena de producción y fidelizar a los consumidores ya que a partir de los nuevos hábitos de consumo las decisiones de compra son tomadas basado en los principios aunque sin dejar de lado el factor económico.
Por otra parte, en relación a la comercialización han surgido otros mecanismos como el slow fashion que recurren a la ropa ecológica para contrarrestar el impacto ambiental, siendo una nueva tendencia en el mercado, por lo cual, para las marcas la sostenibilidad se ha posicionado como un nuevo valor agregado que se le puede ofrecer a los consumidores para generar una venta, pero la producción de estos textiles es costosa, por ello hay marcas que se apoyan en prácticas de marketing verde como el Greenwashing para crear una imagen irreal de responsabilidad ambiental entorno de un producto, generando una venta engañosa, como hay otras marcas que han buscado alternativas como, por ejemplo, el uso de otros materiales más económicos pero ecológicos que reduzcan el impacto ambiental y sean duraderos dentro de la cadena de comercialización del producto.
El futuro de esta ropa ecológica va en ascenso debido a que el factor ambiental se ha vuelto muy importante a la hora de comprar algún tipo de producto, pues los consumidores de acuerdo con los nuevos hábitos adquiridos realizan una compra más racional que cumpla con varias especificaciones relacionadas a lo ambiental, económico y que satisfaga su necesidad principal. Por eso hoy en día más marcas cómo Nike, H & M, Levi's y Ecoalf se suman a estas tendencias de promover la fabricación de prendas de vestir a partir de insumos orgánicos y/o reciclados, que minimizan los desperdicios e impacto durante su proceso de producción. Y marcas como Timberland y Earthkeepers llevan a cabo proyectos de reforestación, logrando la siembra de casi un millón y medio de árboles en solo el 2010 (Sanz, 2012).
Por último, en la etapa de usabilidad/consumidor encontramos que la industria textil no es la única responsable del impacto negativo ya que el consumo de agua y el volumen de desechos textiles también es una responsabilidad de los consumidores por ello se han considerado cuatro factores importantes como reutilizar, reparar, nueva fabricación y reciclar; que se pueden aplicar por parte del consumidor, siendo este el último eslabón de la cadena, para que el ciclo de vida de una prenda se finalice completamente y genere la menor cantidad posible de microplásticos producidos del desgaste del textil por el lavado, que terminan en fuentes hídricas y que conllevan a problemáticas como la alteración de los ecosistemas (Sentena Alejandra, 2021).
En el momento en que se considera generar un nuevo producto, es donde se empieza a consolidar una relación entre marca y cliente, por tal motivo las empresas al crear o fabricar productos deben colocar como prioridad, en toda la cadena de producción y comercialización, la calidad de vida del consumidor pues esta es basa en comportamientos determinados por convicciones personales e individuales, por sus interacciones sociales y las condiciones de vida socioeconómicas y ambientales. Solo así se puede generar productos que cumplan con todas sus necesidades y permita generar un equilibrio en el consumo a partir de un desarrollo sostenible que genere nuevas prácticas por parte de la marca con la confección y por parte del cliente en el consumo.